¿CÓMO AYUDAR A UN NIÑO CON AUTISMO EN LA INTEGRACIÓN ESCOLAR?

Con el comienzo de las clases, las rutinas de los niños con Trastorno del Espectro Autista se alteran.  La escuela se transforma en un nuevo espacio al que deberán adaptarse, así como también deberán adaptarse a nuevos vínculos sociales con los docentes y compañeros, con las dificultades que puede conllevar esto a niños que padecen estas patologías. El acompañamiento y apoyo de los padres, del entorno escolar y de los profesionales médicos es fundamental para que el regreso a las aulas sea una experiencia más sencilla y satisfactoria para el niño.
Algunas recomendaciones que serán útiles no solo en los primeros días de clase, sino a lo largo de todo el proceso educativo:
  • Es importante que padres y docentes no abrumen al niño con demasiada información.
  • Es fundamental percibir cómo se comporta ante ciertos estímulos sensoriales para evitar aquello que causa resistencia. De esta forma se puede reconocer patrones que harán más sencilla la tarea educativa.
  • Ser pacientes: muchas veces será necesario repetir indicaciones. Algunos chicos necesitan más práctica que otros hasta entender y sentirse capaces de llevar adelante alguna actividad. Estar atentos a su ritmo y hábitos.
  • Explicarle las cosas de cerca. Los niños con autismo tienen mucha más sensibilidad a ruidos externos y hasta el tipo de iluminación puede distorsionar su percepción visual; es por eso que muchas veces necesitan una comunicación “sin interferencias”.
  • Los chicos con TEA requieren más tiempo para cambiar de una actividad a otra. Se le pueden dar distintos avisos u ofrecerles pistas visuales concretas – por ejemplo, un reloj o cronómetro – para que tengan mejor noción del tiempo.
  • Brindarles pequeños recreos entre las distintas actividades.
  • Ser claro en lo que se le pide. Si el adulto necesita que haga algo debe pedírselo de manera explícita y positiva. “Por favor, copiá este texto” en lugar de “No copiaste el texto aún”; esta última frase, para él, es un hecho y no un indicador de lo que debe hacer.
  • No elevar demasiado el tono de voz.
  • Si se enoja, se muestra ansioso o cerrado será muy difícil interactuar. Lo mejor es hablarle en un tono bajo y a su altura, para ofrecerle tranquilidad y que no sienta una amenaza.
  • Valorar sus logros por pequeños que sean, lo ayudará en su autoconfianza.

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